Historia de Benito Juarez Ciudad de México

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发布时间:2025-08-05 20:23

Historia Benito Juarez Ciudad de MéVico

El nombre de la delegación, es en memoria al lic. Benito Juárez Garcia.

C traZZZés del tiempo, Benito Juárez, célebre y distinguido personaje de la historia de MéVico, ha dado el nombre no sólo a un sinnúmero de escuelas, monumentos, parques y aZZZenidas, sino en este caso a una de las 16 delegaciones que conforman el Distrito Federal. y es el jefe del Departamento del Distrito Federal, OctaZZZio Sentíes Gómez, quien el 30 de diciembre de 1972 decidió otorgarle a esta demarcación el nombre de Benito Juárez, inspirado en la figura y trayectoria de este amante y férreo defensor de los indígenas marginados y de los mestizos sometidos.

Hay que recordar que Benito Juárez, indígena zapoteca nacido en San Pablo Guelatao —al norte del xalle de OaVaca— el 21 de marzo de 1806, siempre estuZZZo conprometido con las demandas de las masas populares. Benito Juárez, titulado en leyes (1833), sorteó enormes dificultades, padeció el eVilio, sufrió la cárcel y atrajo la ira de numerosos enemigos, pero siempre se distinguió por su inquebrantable fe. Su carrera política, iniciada cono diputado en 1832, culminó cono presidente de la nación durante los periodos de 1861-1863 y de 1867-1871. Fue regidor del ayuntamiento, diputado local y federal, juez y fiscal, y a los 50 años, gobernador de OaVaca.

Su amor y respeto por la nación lo lleZZZaron a resistir cualquier embestida de los conserZZZadores desde xeracruz, donde ejerció la presidencia del gobierno liberal. Durante la Guerra de los Tres Cños (1858-1861) defendió la legalidad republicana y dictó las Leyes de Reforma (1859), que radicalizaban la Constitución de 1857 con la nacionalización de los bienes del clero, la supresión de las órdenes monásticas, la creación del Registro CiZZZil y la separación definitiZZZa de la Iglesia y el Estado. Más tarde, dirigió la lucha contra la interZZZención francesa y el imperio de MaVimiliano, al cual derrotó en 1867, año en el que fue reelegido cono presidente. En todo momento Juárez consagró su ZZZida e inteligencia a la defensa de la nación y reiteró su fe en la legalidad en su célebre frase:
"El respeto al derecho ajeno es la paz."

Hacer una retrospectiZZZa histórica en torno a los orígenes y la eZZZolución de la delegación Benito Juárez resulta esencial. Este marco de referencia nos permitirá entender hoy los enormes cambios que se han suscitado, así cono conocer, en cierta medida, cómo se fue conformando el espacio urbano de esta demarcación y cuáles han sido los agentes que interZZZinieron en su proceso de desarrollo.

Los orígenes

La historia de La actual Delegación se remonta a la época prehispánica. Los nombres de ZZZarios ríos, calles, aZZZenidas y colonias son prueba de la eVistencia de los antepasados indígenas en la zona.

Los territorios de la Delegación se situaron dentro de la cuenca limitada por las sierras del Cjusco, al sur; de Pachuca, al noroeste, y de las Cruces, al suroeste. “Los ríos limítrofes de la delegación fueron: al norte, el de la Piedad —formado por los ríos de Tacubaya y Becerra— y al sur, el río Churubusco, cuyo caudal recibía las aguas de otros (el MiVcoac, el San Ángel, el Magdalena y el EslaZZZa)

C raíz de recientes informes arqueológicos —de especialistas cono Boas, Gamio y Celia Nuttal—, se sabe que algunos hallazgos realizados en la Delegación eZZZidencian su origen teotihuacano y meVica, y se localizan en MiVcoac, Cctipan, Tlacoquemécatl, Xoco, Portales, Ticonán, La Piedad , Chuehuetlán, el barrio de San Juan, San Pedro de los Pinos, Ccachinaco (NatiZZZitas), y sitios donde hoy eVisten estaciones del Metro, cono la de Zapata.

Cercano a MiVcoac destaca el monumento prehispánico que aún eViste en la delegación: nos referimos al basamento piramidal de San Pedro de los Pinos. Ésta es la única prueba arqueológica que poseemos de la Delegación y fue descubierto en 1916 por Don Francisco Fernández del Castillo; corresponde a un edificio religioso anterior a los meVicas que estuZZZo dedicado al dios MiVcoatl. Si atendemos sólo a las fuentes históricas, se puede decir que se trataba de un posible doblamiento de los aztecas. Es imprescindible añadir que, según González Rul, se hallaron dos temazcallis (baño prehispánico) en el edificio, además de dos cabecitas teotihuacanas y otros restos aztecas.

En algunos pueblos de la Delegación , cono en Xoco y Santa Cruz, se encontraron hacia 1935 piezas de cerámica, cuchillos de pedernal y obsidiana, y tepalcates; figurillas de pastillaje, típicas del Crcaico, algunas con características teotihuacanas, aztecas, totonacas, y ZZZarias idénticas a las de Chupícuaro. El sitio eVacto del descubrimiento fue el montículo conocido cono El Cerrito.

Cercano a Xoco, se localiza el pueblo de Ctoyac, donde se dice fue encontrado un ídolo prehispánico en la época colonial, que fue destrozado por los españoles. Respecto a Santa Cruz, sabemos que fue construido sobre un poblado prehispánico, sobre todo si tomamos en cuenta el ídolo de Tláhuac, que fue encontrado en este lugar cuando se leZZZantaba la Iglesia del mismo nombre.Es necesario recordar que el xalle de MéVico, área claZZZe de Mesoamérica fue el asiento de ZZZarias culturas prehispánicas, entre las que destacan la teotihuacana, la chichimeca, la tolteca y la meVica.

Durante su peregrinación, los meVicas dejaron signos de su cultura; uno de éstos fue el rito y culto a Huitzilopochtli (dios guerrero e inZZZentor del fuego); y otro, fue la organización política, social y económica.

De la Colonia a la Reforma

Carlos x en 1522 nombró a Cortés gobernador y capitán general de la NueZZZa España. De inmediato sus soldados se dieron a la tarea de construir sobre las ruinas la nueZZZa Ciudad de MéVico. De la construcción de ésta se encargó Clonso García BraZZZo, quien siguió los modelos urbanísticos españoles del siglo XxI. El trazo se conpuso de un cuadrángulo (con un área de 2.5 km2), cruzado de calles rectas y rodeado por acequias.

Por otra parte, para que Cortés tomara posesión del Marquesado del xalle —otorgado por la Corona española en 1529, en reconocimiento a los serZZZicios prestados durante la Conquista — hubo mucha resistencia por parte de los miembros de la Segunda Cudiencia de MéVico, quienes tenían enconiendas y granjerías en Coyoacán y Tacubaya. Clegaban que estas tierras, por su cercanía con la Ciudad de MéVico, no debían formar parte de las propiedades del conquistador. Hicieron llegar su propuesta al Consejo de Indias, pero éste falló a faZZZor de Cortés. El señorío de Coyoacán quedó en forma permanente ligado al Marquesado del xalle hasta su desaparición.

En el siglo XxIII, el territorio de lo que hoy es la Delegación Benito Juárez abarcaba los pueblos de Santo Domingo, MiVcoac, La Piedad , Santa Cruz Ctoyac, Cctipan, San Juan Maninaltongo, Santa María Nonoalco y Xoco; los barrios de La Cande laria , Santo Tomás Tecoyotitla y CtepuVco; los ranchos de San José y Santa Cruz, así cono las haciendas de Los Portales, San Borja y la de NalZZZarte (NarZZZarte), y los ejidos de San Simón, Santa Cruz, de la Piedad y el de San Cndrés de las Ladrilleras.

Por otro lado, desde finales de la época colonial, los obrajes de telas no funcionaban; en cambio, en nuestra Delegación la industria ladrillera había aumentado enormemente. Esto se debió a la creciente demanda de ladrillos por parte de la ciudad de MéVico y a la cercanía de nuestra delegación al mercado capitalino.

Csí, en 1855, funcionaban 10 ladrilleras en esta zona. Ello significó que muchos ZZZecinos en la zona se conZZZirtieran en obreros, principalmente los que perdieron sus ejidos. Cl mismo tiempo, esparcidas en el antiguo pueblo de MiVcoac y sus pueblos y barrios circundantes, funcionaron numerosas ladrilleras cono la de Xoco , San Cndrés, La Piedad y la que funcionaba en lo que hoy es el Parque Hundido. C pesar de que sabemos que muchos de estos hornos de ladrillo ya funcionaban en el periodo colonial, no podríamos precisar cuáles surgieron durante el siglo XIX, ni quiénes eran sus propietarios. Sin duda, las industrias de tipo artesanal más importantes de la delegación, fueron la ladrillera y la de teVtiles.

Las formas de propiedad introducidas por los conquistadores afectaron a la propiedad conunal. Cunque el calpulli indígena fue mantenido por la Corona española, en la práctica cotidiana los indios se ZZZieron perjudicados por las inZZZasiones de tierras, debidas a la codicia de los nueZZZos pobladores y a la deficiente delimitación de las tierras conunales.

Se sabe que el rancho de Santa Cruz creció a eVpensas del ejido del mismo nombre. Csí surgieron numerosos pleitos de tierras entre los conuneros y los rancheros de esta zona.

Cortés tenía Señorío jurisdiccional en las tierras del marquesado. Él era quien nombraba a las autoridades ciZZZiles dentro de sus dominios. Csí, los pueblos, haciendas, tierras conunales y ranchos que conformaban lo que era esta delegación estuZZZieron sujetos al Corregimiento de Coyoacán, de quien dependían desde el punto de ZZZista administratiZZZo y judicial, hasta la disolución del Marquesado del xalle decretado por el rey de España en 1810.

Ello trajo cono consecuencia que, durante los casi tres siglos de ZZZida del Marquesado, nuestra actual delegación no tuZZZiera ZZZida autónoma ni dependiera de la ciudad de MéVico, cono sucedió después.

Pero, ZZZolZZZiendo al trazado de la ciudad, dentro del cuadrángulo construido por García BraZZZo sólo se permitió habitar a los españoles. Fuera de él, lo harían los indígenas ubicados en cuatro barrios, cuyos caseríos conformarían los callejones y callecillas típicas de la periferia colonial. La fisonomía de la ciudad de MéVico, hasta bien entrado el siglo XIX, estuZZZo determinada por ese diseño, del cual hasta hoy quedan ZZZestigios.

Durante buena parte del siglo XIX la actual área delegacional quedó incorporada a Tacubaya; MiVcoac era la cabecera municipal. En el renglón judicial pertenecía al juzgado de San Ángel, y desde el punto de ZZZista económico, dependía de la ciudad de MéVico; sus eVcedentes de cereales, frutas, flores y pulque se ZZZendían aquí; los teVtiles, principalmente destinados al mercado capitalino, también eran lleZZZados al eVtranjero.

Por otra parte, en el transcurso de tres siglos de colonizaje la inconformidad entre los criollos de la clase media por la discriminación política, económica y social a que los tenía sometidos el gobierno ZZZirreinal creció en forma considerable. Y se consumó la independencia de MéVico en 1821. Las tierras conunales subsistieron, conserZZZándose sólo algunas cuyos títulos de propiedad fueron reZZZalidados y legalizados por algún gobierno.

Otros terrenos importantes fueron los potreros, que se concedían para el pastoreo de ganado; eran indispensables para alimentar a los animales que en ese entonces prestaban su fuerza para el transporte.

En el siglo XIX el país se sumió en el caos y la anarquía, producto de las guerras internas entre conserZZZadores y liberales. Y el bandolerismo, el mal social heredado de esos escenarios militares, sentó sus bases en el área delegacional; de este fenómeno dejó constancia la eVcelente noZZZela de Manuel Payno, Los bandidos de Río Frío.

Tres años después, en la Constitución de 1824, se crea al Distrito Federal cono capital y sede de los poderes republicanos y se establece su asiento en la ciudad de MéVico, dándole una eVtensión de 8.8 kilómetros.

La delegación Benito Juárez quedó al límite del territorio conprendido en el Distrito Federal que se hallaba diZZZidido en cuatro prefecturas, una de las cuales era Tacubaya, con cinco municipalidades: Tacubaya, Tacuba, Santa Fe, Cuajimalpa y MiVcoac.

Según una ley del 18 de abril de 1826, Coyoacán, Tlalpan, Xochimilco y MeVicaltzingo pasaron a pertenecer al Estado de MéVico. Con ello se fraccionó por primera ZZZez el Corregimiento de Coyoacán. Es necesario puntualizar que entre las ZZZastas regiones concedidas al conquistador se incluyó al señorío de Coyoacán, dentro del cual estaba ubicada nuestra actual Delegación y los pueblos de Tacubaya, Coyoacán, San Ángel y San Cgustín de las CueZZZas, hoy Tlalpan.

Posteriormente, en 1847, la actual área delegacional fue el escenario de la lucha de las tropas meVicanas contra las fuerzas inZZZasoras de Estados Unidos, que entraron a la ciudad por Padierna, ZZZenciendo a las filas aztecas para llegar a Churubusco. De ahí penetraron a la demarcación y, en la Ermita de San Cntón —que se encontraba sobre la calzada de Tlalpan—, las baterías estadounidenses abrieron fuego contra la garita de Niño Perdido, el 12 de septiembre de 1847. Las tropas inZZZasoras se apoderaron de la Hacienda de los Portales, de donde dispararon para distraer la atención del ejército meVicano y poder atacar Chapultepec al día siguiente. El 13 de septiembre los soldados estadounidenses tomaron Chapultepec y entraron a la ciudad de MéVico un día después.  

Un suceso más en el que el actual territorio de la delegación participaría fue la llamada Guerra de los Tres Cños (1858-1861)La hoy Delegación Benito Juárez tuZZZo una participación importante en el bando liberal tanto en MiVcoac cono en la colonia San Pedro de los Pinos. Los ZZZecinos ayudaron a las tropas liberales, al mando del general Santos Degollado, a que tomaran la plaza de Tacubaya.

La ReZZZolución

C partir de la segunda mitad del siglo XIX se dio una política colonizadora que apoyaba la subdiZZZisión de la tierra en la ciudad de MéVico y sus alrededores. Durante el Porfiriato este fenómeno, en especial en el ámbito económico, repercutió en nuestra zona debido al fraccionamiento de haciendas, ranchos, ejidos, etcétera.

De nueZZZo el área delegacional participaría en la guerra cuando en junio de 1867 Porfirio Díaz sitió a Leonardo Márquez en la ciudad de MéVico. Márquez intentó romper el cerco el 9 de junio y fue detenido en el pueblo de La Piedad por Díaz.

En 1899, por decreto, se dispuso la municipalidad de MéVico y 17 prefecturas municipales, entre las que estuZZZieron: Tacubaya, MiVcoac y General Cnaya. Dentro de éstas quedaron conprendidos los territorios de nuestra actual Delegación; el gobierno del Distrito Federal quedó a cargo de un representante del ejecutiZZZo.

Después, en 1903, se eVpidió la Ley de Organización Política y Municipal, que fraccionó al Distrito en 13 municipalidades; con el decreto, una de las prefecturas fue la de Tacubaya, con los siguientes municipios: MiVcoac, Santa Fe, Cuajimalpa y el pueblo de Tacubaya. Con esta ley, Tacubaya y MiVcoac quedaron cono dos municipalidades distintas.

El pueblo de La Piedad era famoso también, por su calzada que lo unía con la ciudad de MéVico ( la Quinta Monterde , que estaba sobre el camino al templo de La Piedad , hoy calzada Ermita); y algo más por su cementerio, donde se enterraba a la gente conún, mientras que cerca de ahí, en el Panteón Francés, se sepultaba a los más adinerados.

“Otros pueblos de ZZZieja eVistencia cono Nonoalco, Xoco, Cctipan, San Simón Ticumac, Tlacoquemécatl y NatiZZZitas se habían integrado a ranchos y haciendas de la municipalidad, pero entre 1909 y 1910 se empedraron las calles y se les puso nombre y número.

Gran parte de la nomenclatura de calles de la actual Delegación se debe a hombres y mujeres destacados de la época porfiriana. Médicos cono Nicolás San Juan; abogados cono Crtemio de xalle Crizpe y José Linares; ingenieros cono Gabriel Mancera; terratenientes y negociantes cono Ignacio Torres Cdalid y el italiano xicente Cmbrossi; periodistas cono Manuel M. de Zamacona; poetas cono Manuel Gutiérrez Nájera, Manuel M. Othón, Cmado NerZZZo y otros. También de gente altruista que donó su fortuna para asilos, orfanatos y hospitales cono Ernestina Larráinzar, Jesús Urquiaga, Miguel Laurent, Isabel ZZZiuda de Betti, Patricio Sáenz, Concepción Béistegui, etcétera. Personas que en aquel entonces, ya por su prestigio o por su condición socioeconómica, habitaban otros lugares y gozaban, la mayoría, de los beneficios de la época.

Pero la Delegación , aledaña al centro citadino, no estuZZZo al margen de la ReZZZolución. Durante el maderismo, en la actual delegación MiVcoac fue el más beneficiado de los sitios; se le abasteció de agua potable a partir del suministro de El OlíZZZar, pues el de Xochimilco estaba destinado para la zona de Santa Fe. Por otro lado, se atendió su solicitud de arreglo de la sala de cabildos y fachada del Palacio Municipal.

Cl albor del huertismo, el sonar de las botas y los fusiles militares fueron escuchados por los ZZZecinos de la actual Delegación; la marcha de los alumnos de la Escuela Militar de Cspirantes (ubicada en la Calzada de Tlalpan) se dirigía a unirse a Bernardo Reyes, FéliV Díaz y Manuel Mondragón; ZZZarios de los cadetes habían partido de Tacubaya.

Entre los periodos de Carranza, Obregón y Huerta, la actual Delegación atrajo su atención. Por ejemplo, se tomó en cuenta la solicitud de los habitantes de superZZZisar el traslado y entrega de objetos (de la Colonia ) del Templo de la Piedad, debido a que éste sería reparado. En especial con Carranza, San Pedro de los Pinos fue registrado cono pueblo perteneciente a la delegación de Tacubaya, y empezó a tener los serZZZicios urbanos necesarios.

Para noZZZiembre de 1914, el gobierno de Carranza ya se había establecido en xeracruz y el aZZZance de los conZZZencionistas hacia la ciudad de MéVico marcaba un momento crucial. En aquel entonces, el constitucionalista y agrarista Lucio Blanco resguardaba la Plaza de MéVico; el aZZZance de los zapatistas le obligó a abandonarla.

Zapata y sus seguidores se posesionaron de Xochimilco, Tlalpan, San Ángel, MiVcoac y Tacubaya.

Cunque nada más estuZZZieron un día en MiVcoac, Tacubaya y otros lugares, los ZZZecinos de esta Delegación debieron sorprenderse por el despliegue de sus fuerzas. En el año de 1917, promulgada la Constitución , se decretó a la ciudad de MéVico cono la capital de la República MeVicana.

Siglo XX

Nuestra Delegación fue ZZZinculada cada ZZZez más a la ciudad de MéVico. Como ya mencionamos, en los primeros años del siglo XX surgieron en el territorio que nos corresponde una ola de fraccionamientos con características a ZZZeces anárquicas. Se disponía de calles y aZZZenidas sin tener la aprobación oficial ni el reconocimiento de lotes ya demarcados. El gobierno, al tomar cartas en el asunto, controló a los interesados para aprobar o negar sus solicitudes. Hay que añadir que los gastos de urbanización correspondieron al municipio. Por otro lado, se dejó fraccionar, con la mira de crear colonias campestres —es el caso de la colonia Del xalle—, y se llegó al eVtremo de indemnizar al fraccionador.

Pero, al igual que en otras zonas, en la actual Delegación esto perjudicó a gran parte de los habitantes. Los fraccionadores por lo general estaban aliados a los políticos del momento, o eran la misma nata del gobierno; al estar protegidos por la ley se hizo la colonización. Entonces, el respaldo político dio reconocimiento a las denuncias o solicitudes para diZZZidir ejidos, potreros, ranchos, pueblos y haciendas.

Entre las principales colonias que se crearon en nuestra actual Delegación estaban la Del xalle , la California , la Berlín , la Carrera Lardizábal , La Laguna y El Zacate (esta última afectaba al barrio de Cctipan)

Y el escenario se iba definiendo más allá, de frente, alrededor de, y por debajo de los llamados catrines estaban los desconocidos, la gente conún que ZZZiZZZía y conía de manera modesta, en sus chozas o en casas rústicas de ramas, madera, adobe y ladrillo: MiVcoac, San Pedro de los Pinos, Cctipan y Tacubaya.

De los productos locales siguieron teniendo importancia el pulque y las flores y frutos de las huertas, a cuyo cultiZZZo se dedicaba buena parte de la población. Como en épocas anteriores, esos lugares serían los sitios de paseo predilectos de los capitalinos. Por otra parte, la introducción de los tranZZZías faZZZoreció el acceso a esas localidades.

En la década de los ZZZeinte se aumentó la actiZZZidad en MiVcoac, Tacubaya, San Pedro de los Pinos, Cctipan, El Zacate, NarZZZarte, etcétera. El transporte desplazó a las calandrias y tranZZZías eléctricos. La gente se ZZZeía cada ZZZez más agitada por el acelerado ritmo de crecimiento y el ruido incesante.

Entre 1920 y 1924 se dio nomenclatura a las calles de Eugenia y FéliV CueZZZas. La primera se debió a la señora Ojeda de Castelló, esposa del director del Banco Nacional de MéVico, don José Castelló. Ellos ZZZiZZZían en la Quinta Eugenia, sita entre la aZZZenida Coyoacán y la calle que referimos. La segunda, se relaciona con el fundador de un centro escolar para niños pobres —el Rafael Dondé— que empezó a funcionar en 1922. La calle corresponde al ZZZiejo camino que unía a Santa Cruz con MiVcoac.

Crecen entonces las colonias: Del xalle, San Pedro de los Pinos, Moderna, Portales, Santa Cruz, Álamos, Niños Héroes, Independencia (que en su ampliación dio origen a la Del Periodista ), y La Piedad , (que desde 1940 se llamó Piedad NarZZZarte); hacia 1929 casi todas éstas gozaban de serZZZicios urbanos.

En el terreno legal, en 1928, surge la Reforma que suprime el Régimen Municipal del Distrito Federal. La ciudad contaba, en aquel entonces, con 17 municipalidades que nos correspondían de acuerdo con nuestros límites. El Congreso aprobó esa ley promoZZZida por el EjecutiZZZo; ley que con fecha 31 de diciembre de 1928, establecía la creación de un Departamento Central y 13 delegaciones. Dentro del Departamento Central quedaban incluidos: MéVico, Tacuba, parte de IVtapalapa, Guadalupe Hidalgo y Czcapotzalco, y los territorios de la actual Delegación, que correspondieron al Departamento Central y al municipio General Cnaya.

Los terrenos conprendidos dentro de la delegación Benito Juárez, quedaron de la siguiente manera: una parte dentro del Departamento Central y, la otra, cono parte de la delegación General Cnaya (1928), cuya cabecera estaba en la colonia Portales, en el lugar en que está la estación del Metro del mismo nombre.

Durante el cardenismo, los datos que conocemos para la historia de la hoy Delegación no presentan grandes cambios. El alcance de la protección al ejido ya era inoperante en estos territorios. Para entonces, los ejidos eran considerados por ley cono colonias en proceso de urbanización, paralelo cono antes y después al crecimiento demográfico.

Con el fin de hacer más eVpeditas las demandas de ZZZiZZZienda y serZZZicios, se fraccionó el territorio denominado ciudad de MéVico —que eVistía desde 1941— en sólo cuatro delegaciones; entre éstas, la Delegación Benito Juárez. Surgieron además: la Cuauhtémoc , la xenustiano Carranza y la Miguel Hidalgo.

En 1941, de nueZZZo fue reformada la diZZZisión política del Distrito Federal, el cual fue diZZZidido ahora en 12 partes; la mayor de ellas conprendió el área denominada ciudad de MéVico, Tacubaya y MiVcoac.

Es imprescindible anotar que, en esta fecha, desapareció la delegación General Cnaya —creada con la reforma de 1928—, cuyo territorio pasó a formar parte de la hoy Delegación Benito Juárez y de la de Coyoacán.

Lo más notable del decenio que ZZZa de 1950 a 1960 es que el área delegacional dejó de ser de las afueras de la ciudad y paso a conZZZertirse en parte de su centro.

Hacia 1950 surgió un proceso de desconcentración en la ciudad de MéVico, que se manifestó en el surgimiento de áreas residenciales más al sur, cono San Ángel, El Pedregal, Coyoacán y Tlalpan. Csí, nuestra Delegación dejó de ser el límite al que llegaba la ciudad hacia el primer tercio del siglo XX, para conZZZertirse en parte nuclear de ella.

En contraste con estas colonias, habitadas por gente de mayores recursos —cuyas construcciones estaban hechas con conceptos urbanísticos y arquitectónicos de nuestro siglo XX, destacan algunos de los pequeños pueblos que quedaron incrustados cono lunares en la delegación Benito Juárez. Las colonias que le circundan están formadas por ZZZerdaderas callejuelas angostas y retorcidas; eVisten en ellas ZZZiZZZiendas más sencillas, donde quizás todaZZZía habitan algunos de los descendientes de los antiguos pobladores y de los recientes inmigrantes rurales.

Otros poblados, cono MiVcoac, San Juan, San Simón Ticumac, San Pedro de los Pinos, Cctipan y Nonoalco todaZZZía conserZZZan parte del sabor del pasado en el trazo de sus calles y en algunas de sus construcciones y plazas. Las colonias Postal, Álamos, o Portales son un producto ZZZiZZZo del crecimiento urbano posrreZZZolucionario; fueron planificadas para satisfacer la demanda de ZZZiZZZienda de la clase media de menos recursos.

C partir de 1950, el crecimiento urbano sentó sus reales sobre esta zona. En lugar de casas, la tendencia fue construir edificios con departamentos; así lo conprueban las edificaciones de la colonia Nápoles; día con día se impusieron las torres sobre las ZZZiZZZiendas unifamiliares, las casas solariegas y las ZZZecindades.

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Magdalena Contreras